El largo adiós. Zeki

 

Ricardo Bosque

Cuando la telaraña negra se queda huérfana

Corrían los primeros años del siglo y las redes sociales todavía no se habían inventado, crear un blog era una odisea y abrir una web, algo sólo al alcance de profesionales o gente tenaz y entusiasta como tú.

Arrancaba 2002 y, buscando información sobre cierta novela negra cuyo título no recuerdo en este momento, me topé de bruces con un antro sagrado tras el que te parapetabas bien armado de conocimientos y buen criterio, un antro en forma de revista digital -la pionera en España- de sugerente nombre: Gangsterera.

Encontré lo que buscaba, cómo no, pero también di, en un lateral, con un logo a través del cual se accedía a algo que se llamaba Novelpol, nombre que ideaste por analogía con el término francés Rompol (Roman Policier). Intrigado, seguí el enlace y accedí sorprendido a una lista de correo en la que una veintena de personas, aficionados algunos al género criminal, profesionales del mismo otros pocos, discutían apasionadamente sobre aquello que amaban. Sobre aquello que amabas. No llegaba nunca la sangre al río pero las balaceras estaban a la orden del día.

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Y pude conocerte. Y saber de tu entusiasmo, de tus ganas de difundir un género por el que pocos apostaban en España en aquellos tiempos en los que lo que se llevaba era la novela histórica. Y pude conocer a un montón de amigos que todavía lo son y a los que, igual que a ti, conseguí desvirtualizar en el verano de 2003, en Gijón, en mi primera Semana Negra.

Poco o nada tardaste en contagiarnos tu entusiasmo y convencernos de que esa lista de correo se tenía que transformar en Asociación Cultural, que había que convocar un concurso internacional de relatos, que lo digital se tenía que convertir en papel y tu revista -que hiciste un poco de todos- debía llegar a las librerías de todo el país.

Y llegó, como debía ser, con un puñado de números excepcionales en los que muchos aspirantes a difusores del género pudimos participar. No fueron muchos -la maldita economía-, y dieron lugar a encendidas discusiones por temas que podían ir desde la resolución óptima de una imagen al precio de la revista, que siempre quisiste fuera lo más bajo posible para que pudiera estar al alcance de cualquier aficionado a la literatura criminal.

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El comité de redacción de Gangsterera al completo. A la derecha de la imagen, el padre de la criatura

Hasta que, tal vez a principios de 2008, decidiste desaparecer y dedicarte a otras luchas seguramente más justas y necesarias. Quisiste olvidarte del género negro -aunque hicieras un amago de retorno en 2010 a través del blog de setentero nombre Blakesblak– y estabas en tu derecho; pero perdona, Zeki, también nosotros estamos en nuestro derecho de jamás olvidarte, de agradecerte ese esfuerzo por abrir un camino del que luego otros nos hemos beneficiado, de darte las gracias por sentirnos importantes al estar a tu lado cuando tejiste los primeros hilos de esta telaraña negra cada día más extensa.

Independientemente del camino seguido por cada cual, cuatro de los presentes en la foto anterior seguimos al pie del cañón en este Calibre .38 eterno deudor de una Gangsterera a la que no nos cansamos de citar, en los cada vez más frecuentes saraos literario-criminales que proliferan por toda España, como el origen de todo. En el principio estaba Gangsterera y, siempre al frente, Zeki.

Cascarrabias, gruñón, generoso, entregado, amigo, bondadoso, desprendido… La vida nunca fue justa contigo, nunca te dio ni la décima parte de lo que tú entregaste a quienes te rodeaban. Como en una novela negra.

Es hora ya de despedirte, de lanzarte este largo adiós y, a poder ser, que se lo hagas llegar de nuestra parte, de parte de toda la manada negra, a los Hammett, Chandler, Thompson, Macdonald, McCoy, Manchette…

Muchas gracias, Zeki, y recibe un abrazo eterno.

 

5 comentarios en “El largo adiós. Zeki

  1. Bonito y justo texto, Ricardo. Las deudas y los pactos de caballeros deben saldarse siempre, aunque con Zeki y Gansterera la deuda, como el sueño final, siempre es eterno.
    Sólo un apunte: cierto que es la pionera en el éter, sin olvidar a la vieja Gimlet alboreando los ochenta como, quizás la más añeja antepasados.
    Un abrazo desde Veracruz, México.

    Arturo E. García Niño

  2. Es imposible escribir algo con coherencia en estos momentos. Hace tiempo que ando apartado de la novela negra, no es momento para dar explicaciones, pero siempre, siempre recordaré a NOVELPOL, a «La Gangsterera» y a todos aquellos y aquellas que, a través de NOVELPOL nos conocimos. Y a Zeki, con el que nunca se podrá estar lo suficientemente agradecido. Estoy seguro que allí por donde andas ahora estarás organizando otro foro de novela, otro foro de vida.

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