«El pico del Diablo», de Deon Meyer, por Jesús Lens

PICO DIABLOJesús Lens Espinosa de los Monteros

Me gustan mucho las novelas policíacas que se desarrollan en lugares diferentes a los habituales. La novela negra mediterránea es más cercana, el hard boiled norteamericano es más conocido, la gélida novela negra escandinava está de moda y el combativo policial latinoamericano resulta tan cálido y arrullador como sangriento y violento.

Pero hay otra novela negra: la africana.

Cierto que no es muy habitual, pero algo hemos podido leer de escritores senegaleses, malienses y argelinos. ¡Si hasta tenemos a una simpatiquísima detective en Botswana, solucionando casos sencillos a través de la lógica… y del sentido del humor!

Pero, como en tantas otras cosas, el país que marca el paso en África es Sudáfrica. Ahí está James McClure, que escribía sus novelas sobre los tiempos del Apartheid, por ejemplo. Pero el presente, el presente más rabioso, en Deon Meyer.

Así lo dice, por ejemplo, un clásico contemporáneo como Ian Rankin, que afirma con contundencia que el futuro, “el granero de la novela negra, está en Sudáfrica; la novela negra nórdica ha muerto. La novela negra analiza un país que acaba de llegar a la democracia, cuando la violencia se ha calmado un poco y se pueden analizar los porqués, las raíces de esa situación y de esa violencia”. Entre los autores del noir sudafricano destaca, por supuesto, a Deon Meyer.

Hace ya varios años que leí una novela de Meyer, El corazón del cazador, que me dejó un inmejorable sabor de boca.

En El pico del diablo, publicada por la imprescindible RBA Serie Negra, el autor retoma a su personaje franquicia, Thobela Mpayipheli, un gigante zulú que, tras años y años en la clandestinidad, luchando contra los supremacistas blancos, se incorporó a la nueva Inteligencia sudafricana postapartheid para, un poco más adelante, retirarse de la misma, llevando una plácida vida en su granja, junto a su hijo, compartiendo vivencias y experiencias.

Pero hay personas perseguidas por la fatalidad. Y por las balas perdidas. Personas que, para hacer justicia, no dudan en tomar atajos. Thobela es una de ellas. Solo que la justicia de Thobela deja rastro. Y la policía tiene que seguirlo. Un agente, en concreto: Benny Griesel, que no pasa por su mejor momento. Y está la mujer, personificada en una de esas figuras trágicas, complejas y conflictivas en permanente huida.

A través de tres historias diferentes y de un grupo variado de personajes, Deon Meyer ha completado un ilustrativo fresco literario que retrata la Sudáfrica del siglo XXI, con sus luces y sus sombras. Muchas sombras. Una Sudáfrica contradictoria que, a lomos de la modernidad, no deja de mirar a la tradición, aunque sea de reojo.

Una novela en la que se habla, además, de una de esas lacras que no conocen fronteras: la violencia contra las mujeres y los niños, las personas más vulnerables de cualquier sociedad.

Una novela, pues, de máxima actualidad, escrita con rigor y energía por un Deon Meyer que, partiendo de una importante labor de estudio y documentación, ofrece un sólido thriller cargado de acción y electricidad.

 

El pico del Diablo
Deon Meyer
Trad.: Alberto Coscarelli Guaschino
RBA

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2 comentarios en “«El pico del Diablo», de Deon Meyer, por Jesús Lens

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