«Los ciervos llegan sin avisar», de Berna González Harbour, por Jesús Lens

los_ciervos_llegan_sin_avisar_300x458Jesús Lens Espinosa de los Monteros

Agarraos que vienen curvas.

Frase hecha, tópico habitual, aviso para navegantes al que todos estamos acostumbrados.

Pero, ¿qué pasa cuando nos encontramos en mitad de una recta, conduciendo confortable, tranquila y despreocupadamente? Conduciendo, en sentido literal. Y también metafórico.

¿Que hay en tu vida; más curvas o más rectas? ¿Y cómo las afrontas? Las curvas, a buen seguro, con la máxima atención, aunque también gozando de las vistas. Pero, ¿y las rectas? ¿Cómo te conduces en mitad de las rectas?

Los ciervos llegan sin avisar, la novela más reciente de Berna González Harbour, publicada en la colección Serie Negra de RBA, nos habla de todo ello. De vidas que marchan con el piloto automático puesto, en mitad de una recta que parece interminable y que, de repente, se tuercen. En algunos casos, con consecuencias fatales.

¿Qué lleva a Carmen a volver a una carretera perdida en la que, muchos años antes, fue testigo de un grave accidente automovilístico? Es cierto que Carmen está en paro. Injustamente. Como buena parte de esos millones de parados que hay en España. Una economista que, durante muchos años, circulaba por la autopista de una vida que, increíblemente, terminó desembocando en una vía muerta. Y no es fácil pasar de 150 kms./hora a 0. En un segundo. No es nada fácil.

Por eso, cuando su expareja se lleva unos días al hijo de ambos, ella decide salir de Madrid y buscar una carretera secundaria en la que hacía años que no pensaba. Una carretera en la que un camión, inexplicablemente, se salió de la calzada en mitad de una recta. Y allí estuvo ella, contemplando los ¿últimos? estertores del camionero. Antes de irse, el azar quiso que encontrara una fotografía que, desde entonces y sin razón aparente, la acompañó en su cartera.

¿Quién era aquel hombre? ¿Quién era el niño de la fotografía? ¿Por qué, en la noche del accidente, una mujer que parecía loca gritaba en la oscuridad? Y, sobre todo, ¿por qué decide Carmen volver a aquel remoto lugar?

Tras sus dos novelas anteriores, Margen de error y Verano en rojo, protagonizadas por la comisaria María Ruiz, la escritora y periodista Berna González Harbour regresa con una extraordinaria historia en la que la Crisis tiene mucho que decir. Esa Crisis que, de forma directa o indirecta, nos afecta a todos. Pero a unos más que otros.

Los ciervos llegan sin avisar es una extraordinaria y adictiva novela, radicalmente actual y contemporánea, pero eterna. Una novela que nos habla de esa necesidad que todos tenemos, en un momento de nuestra vida, de volver atrás para atar algún cabo que quedó suelto y que, quizá sin saberlo, nos lleva lastrando desde entonces. Una novela sobre la verdad y sus efectos. Sobre la mentira y sus consecuencias.

Una novela sobre el miedo. Sobre la falsedad, el engaño y la miseria moral de unos personajes que son la sociedad entera. Una novela que te abre las puertas a otro género negro diferente. Un género que, quizá, se definiría como gris asfalto, en feliz definición de Empar Fernández. Porque habla de la realidad de todos los días. De esa realidad que no gasta pistola y que está a pie de calle. En las aceras de los barrios. En los polígonos industriales semi abandonados. En las promociones inmobiliarias a medios construir. En las gasolineras de las carreteras secundarias.

Una realidad con la que nos topamos una noche cualquiera, en la solitaria  recta de una carretera en la que, quizá, los ciervos pueden aparecer sin avisar. Y cambiarlo todo. Por siempre jamás.

Los ciervos llegan sin avisar

Berna González Harbour
RBA

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