«La canción del perro», de James McClure, por Jesús Lens

perroJesús Lens Espinosa de los Monteros

A medida que iba leyendo La canción del perro, tenía la impresión de que su acción siempre transcurría de noche. Me daba igual que James McClure, el autor sudafricano que la parió, diera a entender que eran las tres de la tarde y que hacía un calor del carajo.

Para mí, era de noche.

Quizá, porque Sudáfrica estuvo viviendo en una noche perpetua, durante muchos años. Y esta novela, que cuenta “Un caso del teniente Kramer y el sargento Zondi” es un fiel reflejo de aquella sociedad oprobiosa del apartheid en la que llamar “cafre” a un individuo no era describirlo, sino insultarlo.

Me gusta que haya editoriales como Reino de Cordelia que, más allá de modas, tendencias o actualidad, recuperen las obras completas de autores tan singulares y con tanta personalidad como James McClure, uno de esos escritores que, en Semana Negra, se mostraban tan encantados como encantadores, cuando tuvimos la suerte de contar con él, hace unos años y antes de su fallecimiento, tristemente acaecido en Oxford, en 2006.

La canción del perro es la primera novela de la serie protagonizada por el teniente Tromp Kramer, de la Brigada de Homicidios y Robos de un lugar tan improbable como real, Trekkersburgo, y por el sargento cafre Zondi; una de las parejas de policías más singulares de la narrativa (doblemente) negra y muy, muy criminal.

Tromp ha de desplazarse hasta Natal, al norte de Zululandia, a una reserva de caza en la que ha muerto una mujer en extrañas circunstancias. Durante su viaje y sus primeras investigaciones no deja de toparse con un negro delgado, escurridizo; al que bautiza como “Listillo” y que luego resultará ser ese sargento Zondi con el que tan buenos (y menos buenos) ratos pasará a lo largo de esta y de posteriores aventuras.

Durante su investigación en Natal, el cerebral Kramer se va a dar de bruces con una realidad muy irreal en la que la violencia racista excede, con mucho, a lo que está acostumbrado y, sobre todo, se enfrentará al poder de sugestión de la magia negra de brujos y adivinos, que le aconsejan que escuche y haga caso a una canción muy especial: la canción del perro.

Como siempre hemos defendido, la buena literatura negra y criminal es la que sirve para desenmascarar las lacras, miserias y corrupciones de la sociedad y, desde luego, La canción del perro es, en ese sentido, absolutamente modélica. Bueno, en ese… y en todos los demás.

Porque los personajes, además de creíbles, son de los que gustan y conquistan el favor del lector, aun con sus contradicciones a cuestas. O, quizá, precisamente por eso.

La trama, bien urdida, va dando los necesarios giros y cambios de timón para ser tan atractiva como verosímil y mantener al lector enganchado hasta la última página, a lo que contribuye un ritmo narrativo extraordinario, que no decae en ningún momento.

La canción del perro es una novela que, nada más pasar la última página, ya te está invitando a adentrarte, de inmediato, en nuevas aventuras protagonizadas por sus personajes principales, los inefables Tromp Kramer y Zondi, el cafre más escurridizo de toda Zululandia.

 

 La canción del perro
James McClure
Trad.: Susana Carral
Reino de Cordelia
 
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3 comentarios en “«La canción del perro», de James McClure, por Jesús Lens

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