«El último lapón», de Olivier Truc, por Jesús Lens

el-ultimo-laponJesús Lens Espinosa de los Monteros

Confieso que dudé al abrir el paquete recién llegado desde la librería Negra y Criminal.

(Uno de los grandes momentos de cada mes, dicho sea de paso, es el de abrir esa caja de cartón, procedente de La Barceloneta, y asomarme a descubrir los tesoros que los sabios Paco Camarasa y Montse Clavé le han añadido, por su cuenta, a mis peticiones).

Digo que dudé porque ahí estaba, entre otros títulos, la novela El último lapón, dedicada por su autor. Y como no hace mucho que estuve en Noruega, Suecia y Finlandia, me apetecía enfrentarme a una trama negra y criminal que acontece en un escenario tan improbable como la gélida Laponia, solo comparable a aquella Antártida del tebeo Whiteout, de tan grato recuerdo.

Pero… ¿y si Olivier Truc era otro de esos autores nórdicos pesimistas y apesadumbrados que necesitan tres páginas para decidirse a abrir la puerta del dormitorio, al levantarse de la cama?

Me tranquilizó el hecho de que la novela comenzara en 1693 y que el primer capítulo, de vuelta a la actualidad, arrancara así:

“Lunes. 10 de enero.

Noche Polar.

09.30 horas. Laponia Central.

Era el día más extraordinario del año, el que alumbraba todas las esperanzas de la humanidad. Al día siguiente renacería el sol. Desde hacía cuarenta días, los hombres y las mujeres del vidda sobrevivían con el corazón encogido, privados de esa fuente de vida”.

A partir de ahí, El último lapón, a través de unos personajes, principales y secundarios, muy solventes y bien trazados y a través de una trama con los meandros justos para conducirnos por toda Laponia; se revela como una novela negra muy apreciable que, además de hacernos disfrutar a los amantes del noir, nos permite conocer la áspera, dura y complicada vida de los habitantes del Círculo Polar Ártico, uno de esos espacios míticos de los que apenas sabemos nada.

Por ejemplo, ¿a quién se le podría ocurrir que, allí, hay un cuerpo especial de policía dedicado a… los renos? Bueno, más bien, a los problemas que surgen entre los pastores de renos, por un quítame allá unos cuernos…

Otro de los aspectos más interesantes de El último lapón es el contraste entre la tradición y la modernidad. Entre las antiguas e inveteradas costumbres y los inventos más rabiosamente actuales. Y todo ello con un asesinato como plato fuerte y con el robo de un tambor sami tradicional como entremés.

Y está el protagonista, un policía sami un tanto despreciado por sus compañeros policías, al estar adscrito al referido cuerpo especial de los renos. Y su compañera, la joven Nina Nansen, recién llegada de la sureña Bergen a ese Círculo Polar Ártico que tanto la sorprende.

Y están los pastores. De renos. Y los pastores… de almas. Y los hombres de negocio. Y los políticos. Y los activistas sami. Y los grupos de presión. Y un siniestro e inquietante tipo que aparece de repente en la zona, preguntando por unas concesiones mineras y por unas licencias para extraer oro… Y las leyendas. ¡Ay, las leyendas! ¡Ay, los cuentos de vieja!

¿Te parecen suficientes argumentos como para sumergirte en las 500 apasionantes páginas de El último lapón, publicado por la Editorial Destino?

Pues recuerda que, como ocurría en Whiteout, estamos en una región en la que la pregunta más importante del día es, siempre, ¿qué tiempo hace hoy? Y eso sugestiona a la hora de enfrentarte a una lectura que, prometo, no te dejará helado.

El último lapón
Olivier Truc
Trad.: Joan Riambau Möller
Destino
 
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Un comentario en “«El último lapón», de Olivier Truc, por Jesús Lens

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