«Quién mató al ayatolá Kanuni», de Naïri Nahapétian, por Jesús Lens

Jesús Lens Espinosa de los Monteros

Si no te gusta la novela negra y criminal, ésta es tu novela. Al menos, si te interesa Irán y tienes ganas de saber un poco más sobre el fascinante y contradictorio país de los Ayatolás.

Recientemente publicada por Alianza Editorial, la novela de la iraní Naïri Nahapétian parte de un muerto, es verdad. El ayatolá Kanuni aparece asesinado en su despacho, en las primeras páginas del libro. Y en la base de la narración está la ¿investigación? que se pone en marcha para averiguar quién le mató.

Está claro que con un título tan expresivo, el párrafo anterior no puede ser considerado un spoiler de la narración. Sobre todo porque la teórica investigación para saber quién se llevó por delante al ayatolá, en realidad, no le interesa ni a la propia autora, que aprovecha tal anécdota para contar su visión de lo que pasa en Irán.

O, más en concreto, de lo que pasaba durante la campaña electoral que llevó al poder, por sorpresa, al ultraconservador alcalde de Teherán, el ahora temido por unos y reverenciado por otros Mahmud Ahmadineyad.

Y para contar las contradicciones de la sociedad iraní, la autora se vale de los ojos y la percepción del joven Narek, un aprendiz de periodista de nacionalidad francesa pero origen iraní, que abandonó el país siendo muy joven, con su padre, para instalarse en París, donde el hombre regenta una tienda de fotografías desde entonces.

Narek conocerá a una mujer que quiere presentarse a las elecciones y a la gente que trabaja con ella. Entrará en contacto con algunos personajes de la alta sociedad de Teherán y también hablará con los jóvenes estudiantes de la universidad.

Poco a poco, el lector irá descubriendo un mundo difícil de comprender, una madeja de convenciones sociales en la que es muy complicado manejarse. Una sociedad contradictoria en la que, junto a las copas de alcohol de contrabando, en las casas bien se reparten chicles, para que los Guardianes de la Revolución no detecten el pecaminoso aliento, al salir a la calle.

Un país en el que la herencia persa convive con el islamismo más radical y en el que los pocos marxistas supervivientes que expulsaron al sha siguen estando marginados, bajo permanente estado de sospecha. Un país en que la pena de muerte se ejecuta con excesiva alegría y en el que la libertad no es un término siquiera concebible.

Quién mató al Ayatolá Kanuni es, así, un fresco de una sociedad tan fascinante como compleja y contradictoria y la narración de Nahapétian me recuerda a cómo trataba el tema Marjane Satrapi en su famosa Persépolis: con extrañeza, con incredulidad, con amor y con cariño.

Y sí. Al final se sabrá quién mató al ayatolá Kanuni. Y, lo que es más importante: se sabrá el porqué.

Pero, en realidad, ¿a quién le importa el final de un clérigo más?

Quién mató al ayatolá Kanuni
Naïri Nahapétian
Trad.: Alicia Martorell Linares
Alianza Editorial

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